Si gestionarte a ti ya es complejo, cuando tienes que convivir y relacionarte con otras personas y con “su mochila” (historia de aprendizaje, creencias, familia, circunstancias…..) a veces resulta realmente complicado.
Los procesos de pareja son la oportunidad para salir del bloqueo. Sabemos que es difícil, son procesos valientes a los que atreverse a saber qué pasa y ponerte manos a la obra para darte la oportunidad de vivir felices y sin amargura. Incluso, aunque la dirección finalmente sea tomar caminos separados, se puede hacer construyendo, con respeto y facilitando la situación a los hijos, si los hay.
Salir con serenidad de una relación, aprendiendo y con agradecimiento, cambia enormemente la experiencia. Así, en lugar de traumática, como lo es a veces, con heridos por el camino, se puede convertir en algo que os permita crecer con un coste menor, siendo un ejemplo de madurez para los hijos.
En ocasiones, las relaciones con nuestros familiares sean en situación de convivencia o no, nos generan un malestar psicológico significativo, sintiendo una gran alteración emocional, impotencia o frustración. Así como la dificultad en comunicarnos, entendernos, o llegar a acuerdos.